El diseñador Yves Béhar repasó los primeros 25 años de fuseproject con una conferencia exclusiva en el evento UNFOLD 2025 de la Domus Academy. Leer más.
En el marco de UNFOLD 2025 de Domus Academy, el reconocido diseñador Yves Béhar ofreció una conferencia que fue tanto un recorrido retrospectivo como una llamada a la acción. A 25 años de la fundación de fuseproject, su estudio con sede en San Francisco, Béhar compartió con el público una trayectoria marcada por “primeras veces” que transformaron industrias. Desde la iniciativa One Laptop Per Child, que buscaba democratizar el acceso a la tecnología para la educación, hasta la Frame TV de Samsung, que redefinió la estética de los dispositivos electrónicos en el hogar, o la Jambox, el primer altavoz Bluetooth de gran consumo, fuseproject ha operado constantemente en la intersección entre innovación y propósito social. Cada proyecto destacó no solo por su ingenio técnico, sino también por su compromiso con la accesibilidad, la usabilidad y la resonancia emocional. Con estos hitos, Béhar consolidó a fuseproject como un referente del diseño que no solo inventa, sino que también sirve.
En los últimos años, Béhar ha reenfocado su atención hacia los espacios domésticos, buscando aportar a los entornos cotidianos la misma intención profunda que caracteriza su trabajo en tecnología y salud. Esta vuelta al hogar ha sido impulsada por la apertura de su nuevo estudio en Lisboa, donde explora un enfoque más tangible y artesanal. Durante la Milan Design Week, presentó una serie de colaboraciones que encarnan este cambio de dirección. Con Zanat, una firma serbia de muebles reconocida por la UNESCO por preservar técnicas tradicionales de tallado a mano, Béhar mostró un equilibrio refinado entre herencia e innovación. Con Laufen, empresa suiza de soluciones para el baño, introdujo proyectos que desafían los estándares contaminantes de la producción cerámica, entre ellos, la primera línea de producción cerámica con huella de carbono neutra, alimentada completamente por energía solar y hornos eléctricos. Esta apuesta representa una filosofía más amplia: el cambio significativo comienza en casa.
La pandemia global evidenció las necesidades emocionales y psicológicas de quienes habitan el hogar, obligando a los diseñadores a repensar el papel del mobiliario en la creación de vínculos. Béhar respondió con Peaks, un sofá modular concebido durante el distanciamiento social. Compuesto por segmentos triangulares que permanecen unidos, elimina el desorden sin limitar las posibilidades de configuración. El diseño, basado en la flexibilidad social, permite desde encuentros íntimos hasta momentos de introspección solitaria, sin la rigidez del mobiliario tradicional. Aunque no fue el eje central de su ponencia, esta pieza simboliza la sensibilidad de Béhar hacia la condición humana, recordando que el diseño reflexivo puede responder a experiencias colectivas generando confort y conexión en tiempos inciertos.
A lo largo de su intervención, Béhar hizo referencia constante al clima cultural actual: ansiedad, distracción y una sensación de impotencia frente a las crisis globales. Lejos de replegarse, propuso la creación como forma de resistencia. Para él, el diseño no es solo una profesión, sino un superpoder que permite recuperar la agencia en un mundo caótico. Esta visión impregna cada uno de sus proyectos con urgencia y optimismo. Defendió la responsabilidad del diseño de aportar belleza, significado y propósito a los productos y sistemas que estructuran la vida diaria. Frente a la negatividad y el miedo, su mensaje fue contundente: crear es una manera de combatir la desesperanza.
Con la creciente presencia de la inteligencia artificial en la vida cotidiana, Béhar ha adoptado una postura distintiva: la importancia de la encarnación, es decir, dotar a la IA de formas físicas con carga emocional. Uno de los ejemplos presentados fue LEQ, un asistente por voz diseñado para personas mayores que experimentan soledad o movilidad reducida. A diferencia de otros asistentes digitales, LEQ fomenta conversaciones ligeras, actividad física y conexión social a través de estímulos sutiles. Su forma calmada y estética amigable se integra con armonía en espacios domésticos, satisfaciendo una necesidad emocional. Para Béhar, diseñar con IA no se trata de automatizar, sino de potenciar la experiencia humana.
Otro ejemplo del trabajo de Béhar con IA es Moxie, un robot desarrollado para niños dentro del espectro autista. Su objetivo es apoyar el desarrollo emocional mediante animaciones faciales proyectadas y gestos responsivos. Evitando la rigidez mecánica, Moxie presenta una interfaz accesible y amigable, a la que los niños responden de forma intuitiva. Su aspecto no amenazante y la capacidad de modelar emociones crean un entorno de aprendizaje seguro. Aunque concebido para usuarios neurodivergentes, Moxie ha encontrado eco en un público más amplio por su atractivo empático. Béhar demostró así cómo un diseño inclusivo puede trascender sus propósitos iniciales.
Béhar también revisó la creación de SNOO, un moisés robótico desarrollado junto al pediatra Dr. Harvey Karp. Pensado para mejorar el sueño de los bebés y reducir el estrés de los padres, combina movimiento suave, ruido blanco y un sistema de sujeción seguro que emula el útero materno. Inicialmente recibido con escepticismo por su enfoque futurista, SNOO ha sido aprobado por la FDA como herramienta para reducir el riesgo de muerte súbita infantil y se usa actualmente en cientos de hospitales de EE. UU. Este dispositivo encarna la visión de Béhar: tecnología que responde a necesidades reales con sensibilidad humana.
Preocupado por la sostenibilidad, Béhar ha explorado materiales alternativos que desafían los métodos de producción convencionales. Junto a Forust, su equipo desarrolló una técnica para imprimir en 3D madera utilizando residuos como serrín y lignina. El resultado es un material que se comporta como la madera natural, pero hecho íntegramente de fuentes recicladas, sin necesidad de aglutinantes químicos, y con una huella ecológica reducida. Las piezas conservan la calidez y textura de la artesanía tradicional, demostrando que la sostenibilidad puede ir de la mano con la belleza. Para Béhar, el futuro del diseño está en armonizar naturaleza e innovación.
Consciente de que el cerebro humano prefiere gratificación inmediata, Béhar aboga por soluciones que combinen beneficios ambientales con placer sensorial. Esta filosofía se refleja en proyectos como el realizado con The Ocean Cleanup, donde diseñó gafas de sol fabricadas con plástico recogido del Océano Pacífico. Cada par vendido financió la extracción de más residuos, transformando desechos en valor. El éxito de la campaña demostró que los productos sostenibles pueden ser deseables y emocionalmente impactantes. Para Béhar, las soluciones climáticas deben seducir tanto como convencer.
En línea con su interés por los océanos, Béhar presentó Proteus, un hábitat submarino para investigaciones científicas liderado por Fabien Cousteau. Diseñado como base modular de largo plazo, responde a los desafíos de presión, humedad, aislamiento y seguridad. Con dos niveles y zonas para ejercicio e interacción social, Proteus permite estadías prolongadas y una recolección de datos más eficiente. Como la Estación Espacial Internacional, está concebido para acoplarse a distintas instituciones, fomentando la colaboración. El proyecto es un ejemplo de cómo el diseño puede facilitar la exploración científica sin perder el enfoque humano.
Uno de los proyectos más ambiciosos fue Telo, una camioneta eléctrica de nueva generación diseñada desde sus cimientos. A diferencia de muchos vehículos eléctricos que adaptan modelos existentes, Telo propone una visión completamente nueva: el tamaño de un Mini Cooper con la funcionalidad de una pickup. Su diseño empuja las ruedas a las esquinas para maximizar el espacio interior y permite nuevas configuraciones, como una caja extensible. Fabricada con materiales sostenibles como corcho, plásticos oceánicos y textiles reciclados, Telo encarna la idea de que los productos sostenibles deben superar en atractivo a sus antecesores.
Al cerrar la conferencia, Béhar compartió la filosofía que guía su trabajo: la sostenibilidad debe ser alegre. Un producto solo cambiará hábitos si ofrece placer, no solo culpa o sacrificio. Debe invitar a través de la belleza, la funcionalidad y la emoción. Desde robots inteligentes hasta muebles ecológicos, su trayectoria demuestra que el diseño puede ser aspiracional y responsable al mismo tiempo. En esta visión, innovar no es solo resolver problemas, sino abrir caminos hacia el deleite y el sentido.
Para concluir, Béhar instó al público a ver el diseño como un acto de intención. En medio del ruido y el desaliento, crear es un gesto de resistencia, una forma de encontrar significado en el caos. Animó a las nuevas generaciones de diseñadores a no perderse en la indignación, sino a enfocarse en construir. Ya sea trabajando con IA, sostenibilidad o mobiliario, lo que realmente importa es la claridad de propósito. En la visión de Béhar, el futuro no depende solo de nuevas tecnologías, sino de la integridad con la que se crean. Ese, dijo, es el verdadero poder del diseño: imaginar, dar forma y, finalmente, construir un mundo mejor.