La charla de Domus Academy con el diseñador y cineasta Liam Young, moderada por Giovanni Caruso, Head of Design School, y Maite Garcia Sanchis, Course Leader del Máster en Urban Vision & Architectural Design exploró el poder de la narración, del diseño especulativo y de los imaginarios a escala planetaria como herramientas para repensar nuestro futuro colectivo. ¡Lee más!
La narrativa como herramienta para comprender la realidad
Liam Young describió su práctica como la creación de “mundos imaginarios”: espacios donde el arte, el cine y el diseño se entrelazan. Ya sea expuestos en grandes instituciones como el MoMA o desarrollados para producciones de Hollywood, estas ciudades y paisajes imaginarios nos permiten reflexionar críticamente sobre el mundo en el que vivimos.
Para Young, la narrativa no es evasión, sino un lenguaje cultural compartido que da forma a la manera en que imaginamos el mañana.
Los desafíos a escala planetaria
El tema central de la charla fue el concepto de Young de “nuevos imaginarios planetarios”. Inspirándose en proyectos como Planet City, invitó a los estudiantes a considerar cómo el diseño puede responder a los desafíos ecológicos y sociales de la Policrisis: el cambio climático, la extracción de recursos y la desigualdad global.
Young sostuvo que todas las ciudades son ficciones, moldeadas tanto por las historias y las narrativas como por las infraestructuras físicas. Hoy, nuestro mundo ya funciona como una ciudad planetaria, tejida por la logística, las cadenas de suministro y las industrias extractivas.
Del Cyberpunk al Planetary Punk
En diálogo con el público, Young introdujo la idea del “Planetary Punk”, un nuevo género de diseño especulativo. A diferencia del cyberpunk o del solarpunk, nacidos de ansiedades culturales específicas, el planetary punk aborda crisis globales que trascienden las fronteras.
Se pregunta: ¿cómo podemos imaginar infraestructuras colectivas, economías y sistemas de gobernanza a escala planetaria? ¿Y cómo puede la narrativa ayudarnos a prototipar futuros radicales pero pragmáticos?
Diseñar contra-narrativas
Young describió su proceso de world-building como investigación de diseño, colaborando con científicos, partiendo de tecnologías existentes y proyectándolas hacia futuros especulativos.
“Observo las tecnologías existentes, me pongo en contacto con científicos y, básicamente, mi papel como creador de mundos consiste en visualizar aquellos artículos científicos que pueden estar encerrados en revistas académicas revisadas por pares o escondidos en conferencias, e intentar encontrar formas de crear imágenes sugerentes en torno a ellos para conectar a las personas con la ciencia.”
A veces, estos proyectos adoptan la forma de relatos de advertencia, que cuestionan las narrativas optimistas del progreso tecnológico. En otras ocasiones, proponen visiones alternativas de esperanza, arraigadas en el sacrificio y en la acción colectiva. Como señaló Young:
“El cambio climático ya no es un problema tecnológico, sino un problema cultural y político: es una crisis de imaginación.”
Del bolsillo al planeta: El papel de los diseñadores como world builders
Para la comunidad de Domus Academy, la charla fue una invitación a la acción. Young desafió a estudiantes y docentes a pensar más allá de la escala del sitio o del producto, y a diseñar con plena conciencia de los sistemas planetarios.
“Cuando especificas un material concreto a la escala de un edificio, pones en marcha una cadena de suministro que puede tener consecuencias al otro lado de la Tierra. Si eres consciente de que, cuando tomas decisiones a la escala de los productos —como la elección del método de fabricación de un zapato o del tipo de metal usado para la parte trasera de un iPhone—, estas no son solo decisiones sobre el producto que estás creando. El diseño de producto y el diseño del paisaje se han fusionado, y ahora, cuando especificas algo a la escala de un iPhone, la escala de nuestro bolsillo, tiene consecuencias para una aldea al otro lado del mundo, en el Congo. Para mí, crear mundos a través del diseño significa diseñar para esos sistemas planetarios, y tal vez tomar una decisión a la escala del bolsillo no por cómo encaja en él o en tu mano, sino por lo que provoca al otro lado del planeta.”
Cada elección de material, cada tecnología, cada gesto arquitectónico está inmerso en flujos globales de recursos y trabajo. Ser diseñador hoy significa ser un creador de mundos: alguien capaz de imaginar y modelar futuros no solo locales, sino planetarios.
“Espero que todos los presentes asuman la idea de ser creadores de mundos. Creo que, para los diseñadores, construir mundos significa pensar en el mundo en el que se insertan las cosas que diseñamos y, en última instancia, en el mundo que esas cosas ponen en movimiento. Con ello quiero decir que nada existe en un solo lugar.”
Un proyecto compartido de esperanza
Aun reconociendo las realidades distópicas del presente, Young animó a los participantes a difundir y cultivar una visión positiva. La narrativa, afirmó, puede ayudarnos a visualizar soluciones a escala planetaria, desde infraestructuras para la eliminación de carbono hasta nuevos rituales culturales de convivencia.
“Creo que ser conscientes del ciclo de vida completo y del conjunto de relaciones que rigen las cosas que creamos, especialmente en instituciones como la vuestra, y asumir ese desafío, es en sí mismo un acto profundamente esperanzador.”