Domus Academy tuvo el placer de acoger a Lee Moreau, fundador del estudio de diseño con sede en Boston Other Tomorrows, en su nueva sede de Milán para el más reciente encuentro de la serie Disrupting Patterns Talk. ¡Descúbra más!
“No puedes controlar el tiempo, pero sí puedes controlar algunas de las herramientas que te permiten relacionarte con él o modificar tu relación con él.” – Lee Moreau
Más que una conferencia de diseño convencional, la presentación de Moreau ante los estudiantes de Domus Academy se desarrolló como una exploración profunda del lenguaje, la memoria, la tecnología y, sobre todo, del tiempo.
Guiada por la profesora Elisa Chiodo, directora de los másteres en Visual Brand Design y Business Design de Domus Academy, la charla evitó los clásicos repasos de portafolio o trayectoria profesional. En su lugar, se convirtió en una reflexión sobre el medio más subestimado del diseñador: el timing. Moreau hizo hincapié en la diferencia entre el tiempo como una realidad fija y el timing como una forma de arte moldeada por la intuición y la experiencia humanas.
Utilizando expresiones comunes como “el tiempo es oro” o “matar el tiempo”, Moreau ilustró cómo las actitudes culturales hacia el tiempo están incrustadas en el lenguaje. Luego, entró en un terreno más personal, compartiendo historias sobre los largos turnos de su padre en una fábrica de papel en una pequeña ciudad de Estados Unidos, la llegada del primer McDonald’s local y la paradoja de una automatización que promete libertad pero produce alienación. Estas anécdotas sirvieron de base para su argumento central: el diseño influye y está influido por cómo las personas experimentan el tiempo en su vida cotidiana.
Inspirado por artistas como Christian Marclay y Maarten Baas, Moreau mostró cómo el tiempo puede ser interpretado, representado e incluso manipulado. Pero fueron los proyectos de su propio estudio los que concretaron el concepto. En Other Tomorrows, el timing no es una ocurrencia tardía: es parte esencial del diseño.
Los ejemplos abarcaron desde el mapeo de ritmos emocionales en la experiencia de pasajeros de avión hasta la reimaginación de la atención médica rural mediante vehículos eléctricos móviles. Un proyecto especialmente impactante fue el desarrollado para Caliber Collision, la red de talleres de reparación de coches más grande de EE.UU., donde el equipo de Moreau descubrió que lo que los clientes realmente buscan tras un accidente no es solo un coche reparado, sino recuperar su sentido de identidad.
Diseñar pensando en el timing significa entender cuándo intervenir, cuándo esperar y cuándo ofrecer consuelo, explicó Moreau. Es un proceso basado en la confianza, ganada momento a momento.
El enfoque de Moreau va mucho más allá de los momentos de crisis. Su equipo ha colaborado con clientes tan diversos como Chanel —donde están ayudando a definir un Centro de Innovación con visión de futuro— y el MIT, donde trabajan para unificar plataformas educativas dispersas en una experiencia coherente. En todos los casos, el éxito depende de comprender el contexto, secuenciar las interacciones y alinearse con los ritmos de la vida real.
Un ejemplo más ligero pero revelador vino de una colaboración con Southwest Airlines. Para agilizar el embarque, el equipo de Moreau se asoció con músicos como Pharrell Williams para crear listas de reproducción diseñadas para acelerar sutilmente el ritmo de paso de los pasajeros. El resultado: embarque más rápido, menos estrés y pasajeros que ni siquiera eran conscientes de haber sido suavemente guiados.
No se trata solo de logística, señaló Moreau. Se trata de alegría, cultura y diseño con latido propio. Incluso un proyecto piloto de señalización lanzado durante el caos de los viajes de Acción de Gracias demostró cómo las intervenciones bien sincronizadas, centradas en el usuario, pueden reducir fricciones sin añadir complejidad.
Al finalizar el evento, Moreau lanzó un desafío a la audiencia: repensar el tiempo—no como una limitación a sortear, sino como el medio mismo a través del cual se crean experiencias significativas.
En un mundo obsesionado con la velocidad y la eficiencia, su mensaje ofreció una perspectiva renovadora: el timing no es solo una característica del diseño, es su esencia. Quizá el futuro del diseño no consista en ir más rápido, sino en dominar el arte de saber cuándo detenerse.